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journal: Tierra y Bienes

Panorámicas de una interacción
Hoy día se puede hablar con toda seguridad de que la abstracción, más que un puro reflejo auto referencial, le otorga renovada importancia al paisaje social y los modelos esquemáticos de la configuración de nuestra urbanidad. Esto que viene a plantear un cuestionamiento de la abstracción gestual y su postura individualista, pretende acercar la relación entre el trabajo y el hombre, donde lo geométrico y gestual se junte con lo social.
 Muchos pintores abstractos europeos en la década de los 50 plantearon una relación con lo social y la historia de sus países a través de la materia, usando distintos elementos expresaban el vínculo con el hombre y el desgarramiento impregnado en la tierra por el dolor dejado en la pasada guerra, como en el caso de la obra de Manuel Millares y desde lo conceptual con Piero Manzoni.
 En Alcides Rivas encontramos parte de esa herencia, bien sea en lo matérico, como con el paisaje social, sus obras son un registro en panorámica de las plantaciones de café, un vinculo entre la estructura, el ordenamiento del trabajo, el hombre y el paisaje de estas regiones productoras, que reduce a esquemas generalmente rectangulares de tonos claros o terrosos convirtiéndose en una suerte de piel surcada por costuras que construyen una textura bastante marcada y que nos fuerza al acercamiento, el cual parece referirnos a las huellas de lo humano, como si las costuras fueran la impronta de una relación entre paisaje y hombre, entre la tierra y el tiempo, entre el paisaje y la memoria. En sus obras Rivas junta que de manera poco ortodoxa lo geométrico y lo gestual, en una especie de dilema entre la unidad y el debilitamiento de la unidad de la pintura, unidad que planteara la abstracción en los años 1920 y que en la década de los 50 y 60 cuestionara los expresionistas abstractos a partir de Jackson Pollock y que se enfatiza con Cy Twombly, todo esto en la idea de lo controlado y lo espontáneo, lo automático y lo azaroso, como viene a ser la configuración de una estética entre hombre y naturaleza típica de estas regiones.

Una pintura de relaciones y objetos
 En otra serie de obras Rivas se interna en el mundo particular de los objetos pero conservando siempre su estructura de pensamiento pictórico. En este caso los objetos parecen habitar en un espacio donde fondo y forma intentan en ocasiones unirse, acoplarse en una unidad, pero que luego se desestabiliza cuando los objetos destacan más que como simples formas geométricas compuestas que nos indican el objeto en su apariencia, en un acto de aparente realismo. Estos objetos se nos presentan como imágenes evocadoras, intimas, de encuentros que extrañamente,  parecieran querer fundirse en una pintura expresionista que quiere liberar al objeto de la perspectiva, todo esto en un intento de ir y venir, de llevar a flote y sumergir nuevamente la intención total de la pintura, y en la que recurrentemente la escritura, el arabesco aparecen también como imagen, invitándonos a la búsqueda de significados, que en todo caso sirve como pretexto pictórico.
                        Diego Vivas